Parada ineludible de quienes visitan la ciudad castellana, la catedral de Burgos, dedicada a Santa María, cumple el próximo martes nada menos que ocho siglos. Aquel 20 de julio de 1221 se colocó la primera piedra de este soberbio templo, auténtica joya del gótico castellano, cuya efeméride se ha volcado en celebrar la ciudad a pesar de la pandemia.
Ochocientos años después del inicio de su construcción, ya no hay a su alrededor mercaderes ni nobles caballeros armados con espada, pero la catedral sigue recibiendo a peregrinos, que este año y el próximo serán más numerosos por el doble año Xacobeo.
El templo es una de las más bellas construcciones góticas españolas y buena prueba de ello es su declaración en 1984 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, un galardón que, a diferencia del que poseen otras urbes españolas, recibió el templo de forma independiente, sin ir ligado al resto de la ciudad o a otras construcciones circundantes.
La fábrica del edificio se remonta a las primeras décadas del siglo XIII, época en la que sabios maestros de obras iniciaron su construcción sobre la antigua catedral románica, aunque en siglos posteriores se añadieron elementos igualmente importantes. El legado más característico de la primera época puede apreciarse en su fachada principal, dividida en tres alturas, y que evoca inequívocamente al estilo gótico francés más típico, con paralelos como la catedral de Notre-Dame de París.
Una maravilla del gótico castellano
Es precisamente en esta fachada de Santa María, en su cuerpo central, donde se encuentra uno de los elementos más hermosos y singulares del templo: un gran rosetón enmarcado por un arco apuntado, cuyas tracerías de influjo cisterciense dan forma a una espléndida estrella de seis puntas: la estrella de David o Sello de Salomón, una figura geométrica de complejo significado simbólico que alude a la sabiduría, pero que en la época de su realización también poseía importantes connotaciones mágicas y alquímicas que, seguramente, no eran ajenas a los maestros constructores.
Las agujas caladas que rematan las torres del edificio, añadido posterior realizado en el siglo XV por el maestro Juan de Colonia, vienen a romper el aire gótico clásico, reflejando una influencia típicamente alemana.
Ya en el interior, nada más pasada la puerta principal y a mano izquierda, destaca en las alturas la célebre figura del papamoscas, un autómata construido en el siglo XVIII –sustituto de otro anterior– que se encarga de dar las horas puntualmente, ayudado en la tarea por el no menos famoso martinillo.
En el espacio interno del templo el visitante descubre de nuevo algunos influjos del estilo gótico clásico francés, evidente en la división tripartita del alzado, así como algunos añadidos posteriores, como el bello cimborrio de estilo gótico-plateresco erigido por Juan de Colonia a finales del siglo XV, y reconstruido en la centuria siguiente por Juan de Vallejo.
Pero la riqueza histórico-artística del templo no acaba aquí: las numerosas capillas que pueblan su interior –entre las que destacan la del Condestable–, la sillería del Coro o la tumba del celebérrimo Cid Campeador y su esposa Doña Jimena, así como las fachadas exteriores del Sarmental y la Coronería o el hermoso claustro anexo al edificio principal, convierten a este templo castellano en una de las mayores joyas arquitectónicas que adornan la geografía española. Un importantísimo legado al que ahora hay que sumar una obra contemporánea –no exenta de polémica–, creada por el artista Antonio López: tres puertas de bronce para la fachada principal de Santa María –que sustituirán las actuales de madera–, y que recuperarán la iconografía visible en las puertas en siglos pasados.
UN ANIVERSARIO REPLETO DE ACTIVIDADES
Con motivo del octavo centenario de su “nacimiento”, Burgos acogerá este año un buen número de actividades, exposiciones y otros actos culturales relacionados con la destacada efeméride. Sin duda alguna, uno de los eventos “estrella” es la exposición ‘Catedral Eterna. Así la vieron, así la ven’ (en el Museo de la Evolución Humana, hasta el 13 de octubre), en la que se reúnen un total de 140 obras (dibujos, pinturas, grabados…) que ofrecen una retrospectiva de distintas visiones del templo desde el siglo XVI hasta finales del siglo pasado. La muestra se complementa con otras 114 obras de artistas burgaleses contemporáneos que han plasmado su visión particular de la catedral.
El aniversario también se celebrará con conciertos, como los que ofrecerán Pablo López (19 de julio) y Rozalén (20 de julio) en el Coliseo de Burgos. Estos espectáculos musicales, dirigidos a un público joven, se suman al que la Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE ofrecerá también el 20 de julio. Un día más tarde, serán los Niños Cantores de Viena los que llenarán de notas musicales el altar mayor de la catedral, a las 20:15 horas.
A los actos anteriores, hay que sumar otros eventos y actividades, como obras de teatro, certámenes de pintura mural, e incluso opciones para los más pequeños, como Pequedral, un espacio lúdico repleto de juegos, actividades y actuaciones relacionados con el VIII centenario.
XXV EDICIÓN DE LAS EDADES DEL HOMBRE
Con motivo de la conmemoración del octavo centenario de la catedral, Burgos será este año una de las sedes estrella de la vigésimo quinta edición de Las Edades del Hombre que, bajo el título de LUX, destacará la importancia de dos bienes Patrimonio Mundial: la catedral de Burgos y el Camino de Santiago Francés. Así, la capital burgalesa acogerá siete capítulos de la exposición, ofreciendo la posibilidad de disfrutar de 120 obras de arte procedentes de otras catedrales de todo el país.
Más información: VIII Centenario de la Catedral de Burgos
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