Gracias a su inabarcable oferta de planes, Bruselas es una ciudad ideal para visitar en cualquier momento del año. Sin embargo, en los meses de verano constituye una de las escapadas perfectas para realizar en familia, pues la capital belga posee un buen número de planes que harán las delicias de grandes y pequeños…
1. MINI-EUROPE, CONOCER EUROPA SIN SALIR DE BRUSELAS
A los pies del Atomium, uno de los símbolos de la capital belga, se encuentra Mini-Europe, el parque que recorre Europa en miniatura. Este paseo por el viejo continente se realiza a través de 350 monumentos reproducidos a escala 1/25 y muestra atractivos turísticos de los 27 países miembros de la Unión Europea, así como del Reino Unido.
Además, el recorrido también incluye animaciones interactivas que permiten, por ejemplo, derribar una porción del Muro de Berlín, desencadenar la erupción del Vesubio o atemorizar a los vikingos, así como poner en marcha algunos monumentos célebres, como el carrillón de Estocolmo. Al final de la visita al parque se encuentra el espacio «Spirit of Europe» con actividades, juegos y concursos para poner a prueba, enriquecer o perfeccionar el conocimiento sobre los 27 países de la Unión Europea y el Reino Unido.
2. SENTIRSE DENTRO DE UN CÓMIC
Para los belgas, la devoción por el mundo del cómic alcanza casi la categoría de religión. Y basta con dar un pequeño paseo por las calles de la capital belga para comprobarlo, pues en muchas de ellas es posible encontrarse con personajes entrañables de las viñetas, como Tintín, Astérix y Obélix, Titeuf o Lucky Luke, que conviven con los bruselenses a través de diferentes murales. De hecho, es posible realizar rutas específicas para disfrutar de estas muestras artísticas mientras se recorre la ciudad.
Además, también se pueden visitar varios museos relacionados con los cómics, como el Centro belga del cómic (CBBD), que cuenta con una exposición dedicada a la historia de las tiras cómicas o el Museo de Figuras Originales (MOOF) que exhibe figuritas, coleccionables de historietas, planchas y dibujos originales del mundo del cómic.
3. MUSEOS PARA VISITAR CON NIÑOS EN BRUSELAS
Y ya que hablamos de museos, hagamos un repaso a las distintas instituciones que podemos visitar en la capital belga acompañados de los más pequeños. El número de museos en la ciudad supera los 150 y la mayoría están adaptados para niños, pero, además, la ciudad cuenta con un museo especial para ellos: se trata del Museo de los Niños de Bruselas. Ubicado en una mansión con 600 m² de espacio expositivo, este espacio ofrece la posibilidad de que los niños jueguen con objetos que representan la vida adulta hechos a su medida.
Por otra parte, a principios de este mes de julio abrió sus puertas el Museo de la Ilusión, con 700 m² dedicados por completo a efectos ópticos, que consiguen que la visita para los niños sea, además de lúdica, educativa. Se encuentra muy cerca de la Gran Place, y es el museo más interactivo de Bruselas.
4. ESPACIOS VERDES Y PARQUES
Bruselas puede presumir de ser la capital más verde de Europa, gracias a sus numerosos espacios verdes y parques, donde los niños pueden encontrar multitud de áreas de juegos. Entre los espacios más apreciados por los pequeños turistas se encuentran el Parque Georges Henri, con zonas de arena y toboganes, y el Rouge-Cloître, que en realidad está compuesto por tres parques que incluyen, entre otras opciones, un gran barco pirata, tirolinas y un pequeño pueblo.
Además, a finales de agosto, algunos parques de la ciudad acogerán distintos festivales para los niños. Por un lado, el Parque de Bruselas albergará el Festival de Teatro, con marionetas, teatros callejeros, acróbatas, juglares y músicos y por el otro, el Brussels Games Festival tendrá lugar en el Parque del Cincuentenario que se transformará así en un gigantesco espacio de juegos.
5. GASTRONOMÍA PARA TODOS LOS PÚBLICOS
Las frites (patatas fritas) son el tentempié más famoso de la ciudad y por esta razón han sido incluidas en la etiqueta gastronómica Brusselicious, que certifica que los restaurantes cortan las patatas de forma artesanal, las cuecen en grasa de ternera o de caballo sin refinar, y las sirven con salsas caseras. Así pues, en una visita a Bruselas hay pocas cosas más típicas que recorrer sus calles con un cucurucho de patatas fritas, un plan que sin duda encantará a los más pequeños de la familia.
Tanto o más que descubrir por qué Bruselas es la capital del chocolate. Y donde tomó forma el primer praliné. ¿Puede haber un mejor plan que probar los bombones, manons, trufas, mendiants y otras tantas variedades y formas del mejor chocolate? El universo del chocolate belga se despliega en establecimientos repartidos por toda la ciudad, desde los alrededores de la Grand Place al distrito de Sablon. Con nombres propios como Neuhaus, Pierre Marcolini o Godiva, entre otros muchos ilustres chocolateros. Y quienes quieran sumergirse de lleno en la historia y los procesos de fabricación del chocolate, degustación incluida, pueden hacerlo en el museo Choco-Story.
Otro de los manjares apto para todos los públicos, e imprescindible en cualquier escapada a Bruselas, es el gofre. Imposible resistirse ni al aroma ni a su sabor, sobre todo los que se sirven en Maison Dandoy. El plan ideal para que los pequeños –y grandes– turistas disfruten al máximo de la estancia en Bruselas.
Más información: Visit Brussels