Para los fans de los mundos imaginados por George R. R. Martin, os proponemos un viaje inolvidable a las localizaciones de Juego de Tronos y La Casa del Dragón. Descubrid escenarios legendarios en España, Malta y Marruecos, donde cada piedra y fortaleza cuentan su historia y la de estas icónicas series. A través de rutas especializadas, caminaréis por los mismos lugares que los Targaryen, los Stark y los Lannister. ¡Un viaje de película os espera!
Pocas series han logrado el impacto cultural y visual de Juego de Tronos y su precuela La Casa del Dragón. Más allá de los tronos, dragones y batallas épicas, la narrativa de George R. R. Martin encontró en los paisajes del mundo real el escenario perfecto para dar vida a los reinos ficticios de Poniente y Essos.
Ahora, los seguidores de estas superproducciones tienen la oportunidad de traspasar la pantalla y embarcarse en una aventura única, recorriendo los rincones que sirvieron de inspiración para este fenómeno global. Desde las encantadoras callejuelas medievales de Girona hasta los acantilados salvajes de Euskadi, pasando por las dunas del desierto marroquí y el magnetismo mediterráneo de Malta, cada destino cuenta su propia historia mágica. Si estás planeando un próximo viaje para 2025, prepara tus maletas y adéntrate en este viaje que une fantasía y realidad, descubriendo los lugares que dieron vida a algunas de las escenas más icónicas de la saga.
Girona, la Dama del Norte
Iniciamos ruta en la elegante e histórica ciudad de Girona. Esta joya catalana nos recibe con la elegancia de una dama que ha visto pasar los siglos desde su trono de roca, alzado sobre las aguas danzarinas del Onyar. Muy cerquita, la Costa Brava dibuja uno de los entornos más seductores y hechizantes de la península ibérica. En este rincón del litoral catalán, el Mediterráneo esculpe acantilados que parecen rozar el cielo, mientras esconde en sus faldas calas secretas de aguas cristalinas.
Una opción muy acertada es tomar como campamento base la ciudad de Girona y apuntaros a uno de los tours que ofrecen distintas empresas para conocer la historia real que hay detrás de las calles de Braavos. Nos sumergimos en el impresionante casco antiguo de una de las urbes con mayor calidad de vida de España. Con tan sólo 110.000 habitantes, la capital de la Costa Brava es uno de las más antiguas y elegantes de nuestra geografía. Aquí se viene a cultivar el gusto por el detalle contemplando sus elegantes y coquetos establecimientos, saboreando las delicias gastronómicas de sus restaurantes de gran calidad o escuchando los susurros de las piedras que dibujan el trazado medieval de la ciudad antigua.
No os perdáis la imponente catedral de Santa María, que se eleva como una plegaria de piedra hacia el cielo. Su irrepetible escalinata barroca desafía la gravedad y es un must de lo más instagrameable. Desde allí, la localidad se despliega como un abanico de tejas rojizas y torres centenarias. Otra cita obligada es el barrio judío o call jueu, uno de los mejor preservados de Europa y epicentro de las localizaciones de GOT y La casa del dragón. Y como guinda final, el Museo del Cine de Girona nos invita a viajar por los sueños en celuloide para descubrir cuatro siglos de magia visual con una de las colecciones más completas de Europa.
La costa vasca, salvaje e impredecible
Y de la inolvidable Costa Brava, nuestro viaje televisivo se traslada a las costas vascas. La cámara sobrevuela ahora un territorio donde el Cantábrico azota los acantilados con la misma intensidad que King Kong golpeaba el Empire State Building.
Tomando las ciudades de San Sebastián o Bilbao como punto de partida, podéis escoger entre una gran diversidad de actividades que recorren espectaculares lugares como San Juan de Gaztelugatxe, Zumaia o la playa de Muriola. No os resultará difícil imaginaros a Daenerys llegando a la fortaleza Rocadragón y a Daemon y Rhaenyra Targaryen peleando por un huevo de dragón.
San Juan de Gaztelugatxe es uno de esos parajes místicos y hechizantes que uno debe visitar al menos una vez en la vida. Su caprichosa y peculiar ubicación, en un islote conectado a tierra firme por un estrecho puente de piedra, lo convierten en un destino de postal de gran belleza natural. No es de extrañar que los creadores de Juego de Tronos vieran en él la perfecta Rocadragón en la sexta temporada de la serie: sus 241 escalones serpentean hacia el cielo como si buscaran a los dragones de Daenerys.
El islote ha sido además lugar de peregrinación durante siglos, ya que allí descansa una ermita del siglo IX o X dedicada a san Juan Bautista. Qué mejor planazo que visitar una bodega de la DO Txakolí para degustar el vino típico de la región. Los viñedos yacen suspendidos sobre el Cantábrico evocando esas terrazas que conquistaron a Diane Lane en Bajo el Sol de la Toscana.
Si os animáis a elegir este tour por la costa de Bizkaia podréis disfrutar de uno de los placeres más populares entre los vascos: el txiquiteo (ir de bar en bar en grupo tomando pequeños vasos de vinos o txiquitos y degustando pintxos), que cobra vida en las callejuelas del puerto de Bermeo. El tour termina en los acantilados de Barrika. ¡A vuestros pies podréis ver una playa de Desembarco del Rey!
Marruecos, el hechizo del reino alauí
Muy cerca de España despliega su encanto uno de los destinos más exóticos y hechizantes del planeta: Marruecos. El reino alauí es un escenario que parece extraído de un sueño, un lienzo que ha servido para dar vida a las ciudades ficticias de Essos, Astapor y Yunkai. Desde las vastas dunas doradas del desierto del Sáhara hasta las imponentes montañas del Atlas, y atravesando ciudades milenarias como Marrakech o Fez. Un universo de colores, olores, sensaciones y paisajes irrepetibles.
Viajar a Marrakech es retroceder miles de años en el tiempo para sentir la esencia de una cultura ancestral. Este es el destino perfecto para perderse en el bullicioso y vibrante zoco, donde cada esquina revela un secreto en forma de especias exóticas, tejidos artesanales y joyas únicas. Y cuando el atardecer tiñe la ciudad de tonos cálidos, la mágica plaza de Jemaa El Fna se convierte en un teatro al aire libre, donde la gastronomía típica se mezcla con la música y las historias que llenan el aire de un romanticismo irrepetible. Por cierto, ¿sabíais que el color rojizo de Marrakech se debe al reflejo de la luz del sol sobre sus fachadas?
Essaouira: surf, gastronomía marinera y un intenso azul
Ponemos rumbo a la costa Atlántica. Tras dos horas en coche transitando por una carretera secundaria que esconde sorpresas a cada paso, llegamos a la idílica ciudad costera de Essaouira. Conocida antiguamente como Mogador, aquí los colores cobran vida para dibujar una de las postales más impresionantes de la costa marroquí: su puerto pesquero, con sus barcazas de colores azules y rojos, las redes de pescadores por doquier, el intenso olor a pescado fresco y las gaviotas volando en círculo sobre los barcos.
Essaouira es un paraíso para los amantes del surf. Pero el placer no solo está en las olas, sino también en su gastronomía marinera, un festín para el paladar que rinde homenaje a los frutos del mar con sabores frescos y auténticos. La medina, declarada Patrimonio de la Humanidad, invita a perderse en sus callejuelas cargadas de historia, donde el intenso azul de sus puertas parece un guiño al cielo y al océano que la rodea. Los creadores de Juego de Tronos eligieron este idílico enclave para dar vida a Astapor, la legendaria ciudad esclavista donde comenzó a forjarse el mito de la “Madre de Dragones”.
Imbuidos ya de la esencia de Las mil y una noches, nos trasladamos al desierto para visitar uno de los escenarios más filmados del país. Doce horas de viaje separan Marrakech y el misterioso desierto de Zagora. Una ruta tan trepidante como irrepetible a través las áridas y elevadas montañas del Atlas, la cordillera que divide por la mitad al Magreb. Un paisaje que parece dibujado por la mano de un poeta, serpenteado por carreteras angostas y curvilíneas que acarician con suavidad la majestuosa cordillera montañosa. Cada curva desvela un nuevo universo: pueblos de adobe que se mimetizan con la tierra, casbas que cuentan historias de épicas gestas y oasis presaharianos que emergen como espejismos.
Por el camino, podréis deteneros en la impresionante ciudad de adobe de Ouarzazate, con su impertérrita casba de Taurirt. Los amantes del séptimo arte encontrarán aquí la joya de la corona: los estudios cinematográficos Atlas Corporation, donde descansan los decorados de infinidad de películas y series, entre ellas, algunas escenas de la tercera temporada de Juego de Tronos.
Aquí, en el corazón del desierto, se respira la esencia misma de la vida que transcurre entre las dunas: el día a día de los bereberes, sus tradiciones y la autenticidad de las gentes que habitan este fascinante rincón del planeta. A tan solo unos pasos, se alza el inolvidable pueblo fortificado de Ait Ben Haddou, un icono inmortalizado en la gran pantalla. Escenario de clásicos cinematográficos como Gladiator y testigo de momentos clave en la tercera temporada de Juego de Tronos, este ksar, declarado Patrimonio de la Humanidad, se convirtió en la ciudad de Yunkai en la serie, una de las emblemáticas ciudades de la bahía de los Esclavos conquistada por Daenerys Targaryen.
Malta, el destino más deseado del Mediterráneo
Bienvenidos a una de las islas del Mediterráneo más disputadas de todos los tiempos. Rincones rebosantes de historia, cultura y leyendas. La isla de Malta fue una de las primeras localizaciones de Juego de Tronos y en escenarios como las ciudades de La Valeta o Mdina se filmó Desembarco del Rey.
Como un centinela entre dos mundos, Europa y África, este archipiélago ofrece la posibilidad de disfrutar de una escapada donde el peso de la historia está tan presente como la hospitalidad de sus gentes, un clima suave durante todo el año y un patrimonio arquitectónico y monumental insuperable. Malta es más que un conjunto de islas; es un manuscrito abierto donde templarios, fenicios y británicos han dejado su huella indeleble.
Sus cinco islas –Malta, Gozo, Comino, Comineto y Fifla– danzan al ritmo de las olas mediterráneas a escasos kilómetros de Sicilia y Túnez. Gobernada durante casi tres siglos por los caballeros de la Orden de San Juan, transformados posteriormente en caballeros de la Orden de Malta, su herencia se percibe en cada uno de sus rincones.
La Valeta, su capital, es uno de los mejores ejemplos de ciudad fortificada del Mediterráneo. Imprescindible es la visita a la concatedral de San Juan, joya del barroco maltés que, guarda en su interior el testimonio de aquellos Caballeros de la Orden de San Juan que durante tres siglos moldearon el destino de estas islas.
Un paseo completo por la Valeta debe detener sus pasos en el palacio presidencial, sede del Parlamento; bomboneras como el Teatro Manoel; el Albergue de Castilla La Mancha y Portugal o los Barrakka Gardens, desde donde se contempla una espectacular panorámica del gran puerto natural de Malta. Si sois amantes de la serie y os preguntáis donde está la Fortaleza Roja de Desembarco, vuestros rincones de película son el Fuerte Ricasoli y el Fuerte de San Ángel.
En el sudeste de la isla nos espera la localidad pesquera de Marsaxlokk. Allí, los luzzu –barcas tradicionales pintadas en vivos colores –mecen sus proas decoradas con los ojos de Osiris frente a un mercado que hierve de vida local. A pocos kilómetros, la naturaleza exhibe su obra maestra: la Gruta Azul, una sucesión de cuevas marítimas esculpidas en escarpados acantilados que se precipitan en un mar intensamente azul.
En el centro de la isla, el tiempo se detiene en las callejuelas de Mdina. Antigua capital medieval de la isla, es conocida como la Ciudad del Silencio y es uno de los enclaves más fascinantes de la isla debido a su monumentalidad. Junto a ella, Rabat despliega sus raíces árabes en un laberinto de calles donde los gatos dormitan bajo buganvillas y el aroma del pan recién horneado se mezcla con el incienso de sus iglesias centenarias.
Gozo, la otra dimensión
Cambiamos de isla y navegamos hasta Gozo. Con apenas 67 kilómetros cuadrados, en este lugar el tiempo cobra otra dimensión. Una de las visitas más curiosas para los amantes de la mitología es la denominada Cueva de Calypso. Entre baño y baño, es imprescindible acercarse hasta la famosísima Ventana Azul, imagen internacional de Malta, en la zona de Dwejra. Entre titánicos acantilados se eleva sobre aguas cristalinas esta gigante y espectacular roca natural formada por la erosión del agua y el viento.
Nuestra aventura finaliza en un escenario de película: la isla de Comino. Si no os importa daros un baño de masas, en la más pequeña de las islas maltesas podréis zambulliros en las cristalinas aguas de la Laguna Azul.
La dimensión épica de la producción de Juego de Tronos y La casa del dragón no conoce límites. Cada localización, elegida con meticulosa precisión, se ha transformado en un santuario para los devotos de esta saga épica. Sus productores no escatimaron a la hora de elegir lugares reales que aportaran autenticidad y espectacularidad visual a la narrativa de la serie.
En este reportaje hemos trazado una pincelada de algunos de los destinos relacionados con esta superproducción, aunque existen muchísimos más. El éxito de este fenómeno televisivo ha traspasado fronteras y superado todas las expectativas. Y aunque el último dragón de la temporada inicial de La casa del dragón alzó el vuelo en 2022, el legado de estas producciones sigue ardiendo en el imaginario colectivo de millones de seguidores que peregrinan a estos lugares sagrados donde la fantasía y la realidad tejen una danza sin fin.