Tras casi 50 años de trabajo en la gran pantalla, la mayor parte del público conoce a Jeff Bridges por su faceta como actor, que le ha llevado a protagonizar o aparecer en films como Tron, El gran Lebowski (inolvidable su papel de ‘El Nota’), Iron Man, True Grit o la más reciente Kingsman: el círculo de oro, entre otras muchas películas.
Sin embargo, además de su carrera cinematográfica, Bridges siempre ha cultivado otra vertiente artística, igualmente vinculada con la imagen: la fotografía. La relación de Bridges con el arte de las sales de plata surgió cuando estudiaba en el instituto, época en la que él mismo revelaba y positivaba sus carretes y negativos en el cuarto oscuro. El joven Bridges sentía auténtica fascinación por la fotografía, pero sus deseos de convertirse en actor fueron más fuertes, así que durante unos años colgó la cámara y se centró en sus estudios de interpretación y en su carrera en televisión y cine.
Curiosamente, fue en un rodaje –King Kong, 1976–, donde Bridges volvió a sentir la necesidad de tomar fotografías. En esta película interpretaba a Jack, un paleontólogo que siempre iba equipado con una cámara Nikon, así que durante la preparación del personaje Bridges acabó haciendo fotos de nuevo de forma natural.
Un año más tarde, en el día de su boda con Susan Geston, Bridges quedó fascinado al descubrir las imágenes realizadas por el fotógrafo Mark Hanauer, quien para algunas tomas utilizó una cámara Widelux, que realiza instantáneas en formato panorámico. El actor estaba tan entusiasmado con aquellas fotografías que su esposa decidió regalarle una de aquellas cámaras.
Desde entonces, Bridges no se ha separado de su Widelux. Al principio la llevaba siempre consigo para captar momentos cotidianos o documentar celebraciones familiares, pero no tardó en llevarsela también a los rodajes. En 1984, durante la filmación de Starman, Bridges realizó una serie de fotografías que más tarde formarían parte de un libro sobre el rodaje, los actores y el equipo de producción.
Desde entonces ha seguido haciendo lo mismo en cada nueva película en la que se ha visto inmerso, casi siempre captando la realidad que ve a través del visor con las particulares imágenes panorámicas que produce la Widelux. Como él mismo explica, este formato se asemeja mucho al cinematográfico, y por sus particularidades técnicas (la cámara carece de obturador, y el objetivo pivota sobre un arco horizontal), esta cámara constituye para él una herramienta a medio camino entre la fotografía y la imagen en movimiento del cine.
Las originales y sorprendentes tomas del actor y fotógrafo han servido así para documentar momentos de los rodajes –algunos son sin duda muy curiosos–, pero dichas fotografías no se quedan en la simple anécdota, sino que buena parte de ellas poseen una indudable calidad artística.
Tanto es así, que en los últimos años la obra fotográfica de Bridges ha sido comentada y reflejada en publicaciones especializadas –por ejemplo en la prestigiosa The Royal Photographic Society Journal–, ha recibido importantes premios –como el Infinity, que le otorgó el International Center of Photography en 2013, y ha sido objeto de numerosas exposiciones, una de las más recientes el pasado mes de mayo, durante el festival Revela-T.
Las instantáneas panorámicas del actor también acabaron dando forma a un libro, Pictures (2003), muchas de cuyas fotografías podéis repasar en la página web del actor, donde también podréis otras muchas imágenes captadas durante los distintos rodajes del actor.
Para saber más:
Pictures (Amazon)
2 comentarios
Más de una vez me han entrado ganas de hacerme con una de estas Widelux «por culpa» de Bridges. Especialmente con sus retratos en las que la persona aparece dos veces en la foto aprovechando el retraso en el recorrido del obturador. De las cuales no has puesto ninguna, pero algunas son muy interesantes. Un saludo.
Cierto Carlos, esas fotos son muy curiosas. En la web de Bridges pueden verse algunas de ellas. Él mismo explica que es una de las cosas que le fascina de la cámara. Saludos y gracias por comentar 🙂