«¡Felicidades, primo! Y a disfrutar con una buena Mahou… ¡O varias!». Te escribía esto hace poco más de un mes, por tu cumpleaños. Quién nos iba a decir que ya no responderás más, que ya no te vamos a poder ver sobre un escenario, tu hábitat natural. Hace unos días, cuando me enteré del accidente y del desenlace no sabía muy bien si seguir mi plan de sábado, ir a un concierto a Zarzalejo o bien volverme a casa después de trabajar.
Creo que tomé la decisión que te hubiese gustado, me puse a volumen alto a los Rolling que tanto nos gustan y en cuanto llegué brindé por ti con una Mahou con unos amigos.
Durante muchos años no tuvimos contacto real, pero estaba muy pendiente de tus movimientos y tú de los míos. Cuando era más pequeño mi padre te nombraba muchas veces como “Gabinete”, donde tocaste y viviste muchos años. Yo, por aquella época, mucho más joven y más cerrado a los estilos que no encajaran con mi rebeldía, no escuchaba a Gabinete Caligari.
Por suerte fui evolucionando y hoy en día es un grupo referente para mí, dentro de la infinita variedad de música de nuestro territorio que se creó en esa época, y de la que tu fuiste un protagonista destacado.
El destino quiso que desde hace unos años volviéramos a tener más contacto. Fui a hacerte unas fotografías durante un par de bolos de Ramonsters, el grupo que creasteis tú, Rafa, Manolo Uvi y Mario Vaquerizo a la voz, en el que versionabais a Los Ramones en español. Letras pegadizas, simpáticas, con un sonido impecable.
Y fue por esa época cuando, tirando de la manta, llegué hasta Flash strato, un grupo pionero de la movida y con el que compusisteis Madrid en Technicolor. Me quedé a cuadros al descubrir la trascendencia de esa canción durante la época más efusiva de esto que llamaron La Movida, que siempre he visto como una enorme y necesaria explosión de creatividad y libertad, probablemente resultado natural de los anteriores años oscuros.
Por desgracia no tuvisteis ese golpe de suerte que os permitiera seguir adelante. Pese a vuestra proyección y calidad no cuajaron las relaciones con las discográficas, pero nos quedan unos buenos temas.
Pero quizá lo que más he aprendido y admirado de ti durante este tiempo es, visto en perspectiva, el haber seguido luchando por tu modo de vida y sobre todo por poder vivir de él. Nunca ha sido fácil vivir de oficios relacionados con la cultura, pese a su importancia. En ese sentido nos tenemos que quitar el sombrero, tanto por ti como por los que resisten y perseveran… It´s a long way to the top if you wanna rock and roll.