La isla esmeralda cuenta con un número interminable de rincones llenos de encanto, pero pocos alcanzan la popularidad de este paraje mágico que aguarda al viajero en el condado de Antrim…
Hay lugares que pasan de ser desapercibidos a tener fama mundial de la noche a la mañana. Este es el caso de The Dark Hedges, un lugar hasta hace bien poco solo conocido por los oriundos de Irlanda y que, tras su aparición en Juego de Tronos, congrega legiones de turistas en su particular caza de la foto que todo el mundo hace en el lugar. Las redes sociales han ayudado lo suyo para que esto ocurra, y, de hecho, el que escribe estas líneas tiene que reconocer que, aunque no haya visto un solo segundo de la afamada serie, ha conocido el lugar gracias a Instagram.
Debido al clima y a la orografía de la isla, seguramente habrá muchos sitios similares, pero solo este se ha convertido en tendencia y ha alcanzado el Olimpo de lugares que todo el mundo quiere visitar. Todo sea dicho, no es mi intención que mi discurso suene a denuncia, ya que yo mismo he contribuido a que esto ocurra. No en vano, y sobre todas las cosas, este célebre emplazamiento es muy, muy especial. A primera vista, podría pasar inadvertido, pero al llegar y explorar detenidamente el emplazamiento, se comprende por qué ha capturado la atención de fotógrafos, pintores y turistas curiosos a lo largo de décadas.
The Dark Hedges es un pasaje compuesto por noventa hermosos ejemplares centenarios de haya que forman un túnel natural. Ubicado en el condado de Antrim, los árboles, robustos y retorcidos, se entrelazan formando un dosel verde de ramas que atrae tanto a amantes de la naturaleza como a fanáticos de Juego de Tronos.
Aunque la fama de The Dark Hedges se disparó considerablemente después de su aparición en la serie, su historia se remonta al siglo XVIII, cuando la familia Stuart plantó las filas de árboles de haya para impresionar a los visitantes que se acercaban a la entrada de su mansión, Gracehill House, nombrada así por la esposa de James Stuart, Grace Lynd.
Dos siglos después, los árboles siguen siendo una vista magnífica y se han convertido en un símbolo de la belleza de Irlanda del Norte y uno de los fenómenos naturales más visitados. Aunque la mansión es ahora un campo de golf, son los árboles los que atraen a numerosos turistas a esta parte del país.
La afluencia masiva de visitantes ha generado preocupaciones sobre la preservación del lugar. Las autoridades locales han adoptado medidas para proteger los árboles y el entorno, promoviendo prácticas sostenibles de turismo. A pesar de los desafíos, The Dark Hedges sigue siendo un lugar de ensueño. En un mundo obsesionado con lo digital, este rincón irlandés nos recuerda la magia que puede ofrecer la naturaleza incluso cuando es descubierta a través de las pantallas de nuestros dispositivos.
Según la leyenda, la Dama Gris es una figura fantasmagórica que deambula entre los árboles de The Dark Hedges, a menudo desapareciendo entre las sombras. La historia sostiene que la Dama Gris es el espíritu de una mujer proveniente de una casa abandonada cercana.
Se dice que es una figura etérea y melancólica que se desplaza sin rumbo fijo entre los imponentes árboles de la avenida. Algunas versiones de la leyenda sugieren que esta figura es el espíritu inquieto de alguien que busca a su amor perdido. La atmósfera misteriosa y la apariencia única de The Dark Hedges han contribuido a que visitantes y locales relaten avistamientos de la Dama Gris, dando un toque sobrenatural a este lugar.
Aunque la leyenda no tiene raíces históricas profundas y es más una creación contemporánea, ha añadido un elemento de misterio y romanticismo al lugar, contribuyendo a su reputación como un sitio con un aura única y enigmática.