Descubre los tesoros ocultos de Hidalgo, un estado mexicano donde la magia aguarda en cada rincón. Con maravillas naturales como los Prismas Basálticos, lugares repletos de historia, como Tula, y vibrantes tradiciones vivas en sus nueve Pueblos Mágicos, este destino es un caleidoscopio de experiencias únicas. Desde las imponentes figuras toltecas que desafían al tiempo hasta paisajes que parecen salidos de un sueño, cada rincón cuenta una historia inolvidable. ¿Listo para explorar uno de los destinos más fascinantes de México?
Situado en la región centro-oriental de México, Hidalgo es un estado con una rica historia y tradiciones vibrantes que cautivan a propios y extraños. Fundado en 1869 tras su separación del Estado de México, Hidalgo tiene a Pachuca de Soto como su capital, una ciudad conocida por su herencia minera y su distintivo Reloj Monumental. Este estado ha sido testigo del legado de civilizaciones ancestrales como los toltecas y otomíes, que dejaron una huella indeleble en su territorio.
Su geografía diversa incluye majestuosas montañas, frondosos bosques, valles que se extienden hasta el horizonte y formaciones geológicas de singular belleza, lo que lo convierte en un destino ideal para los amantes de la naturaleza y la aventura. Además, este estado mexicano es conocido por su riqueza cultural, con tradiciones como la charrería, la gastronomía tradicional y los festivales que celebran la historia y la identidad de su gente. Un viaje a Hidalgo promete una experiencia inolvidable. Estas son algunas de nuestras recomendaciones de los mejores lugares para visitar en Hidalgo.
1. Guardianes de piedra: los atlantes de Tula
En el complejo arqueológico de Tula, los imponentes atlantes de basalto, de más de cuatro metros de altura, se alzan como eternos guardianes de la antigua capital tolteca. Tallados con intrincados detalles que representan guerreros, estos colosos miran al horizonte, fusionándose con el paisaje que los rodea.
Explora la majestuosa pirámide de Tlahuizcalpantecuhtli (o Pirámide B), donde los atlantes se erigen como testigos de una civilización perdida, y recorre el Palacio Quemado y el Coatepantli para completar un viaje al pasado. Cada rincón de este lugar es una ventana al esplendor de Tollan-Xicocotitlan, donde la historia y la mitología se entrelazan en un escenario inolvidable.
2. Pachuca: la ciudad del reloj monumental y el pasado minero
Conocida como «La Bella Airosa», Pachuca combina historia y modernidad de forma encantadora. En el corazón de su plaza principal se erige el majestuoso Reloj Monumental, un símbolo icónico de la ciudad que cobra vida tanto de día como de noche. Diseñado por el mismo equipo de ingenieros que creó el mecanismo del Big Ben londinense, este reloj neoclásico destaca por su imponente arquitectura y las vistas que lo rodean, con las montañas como telón de fondo.
Además, Pachuca alberga la Fototeca Nacional de México, un espacio cultural dedicado a preservar y exhibir el patrimonio fotográfico del país. Aquí, los amantes de la fotografía podrán disfrutar de exposiciones únicas y explorar la riqueza visual de la historia mexicana. Recorre sus calles adoquinadas, descubre el pasado minero que dio vida a la ciudad y disfruta de los tradicionales pastes, un delicioso legado de los mineros británicos que dejaron su huella en Pachuca.
3. Mineral del Monte: un pedazo de Inglaterra en México
Este encantador Pueblo Mágico es famoso por su herencia británica, que se refleja tanto en su arquitectura como en sus tradiciones. Al recorrer sus calles, puedes visitar templos como el santuario del Señor de Zelontla, un rincón espiritual y fotogénico, o visitar alguna de las antiguas minas que narran el pasado minero de la localidad.
También podrás explorar el Panteón Inglés, un cementerio repleto de leyendas y tumbas que también relatan la historia de los mineros que llegaron desde Cornualles. Por supuesto, no puedes irte sin probar la deliciosa gastronomía local hidalguense, que incluye platillos con insectos como los chinicuiles (gusanos rojos de maguey).
4. Zempoala y sus haciendas pulqueras
Esta localidad conserva el encanto de sus haciendas históricas, dedicadas a la elaboración del pulque, una bebida tradicional mexicana con raíces prehispánicas que aún hoy deleita a quienes la prueban. Explorar estas haciendas es como dar un paso atrás en el tiempo, donde el paisaje semidesértico y los campos de maguey crean un escenario único.
Una visita al exconvento de Todos Los Santos, con su arquitectura sobria y majestuosa, permite conectar con el legado colonial del municipio, mientras que sus alrededores ofrecen una inmersión en la rica historia y tradiciones de las comunidades locales. Además, es posible disfrutar de eventos culturales y muestras gastronómicas que reflejan la identidad de Zempoala, convirtiéndolo en un destino que combina a la perfección historia, tradición y naturaleza.
5. El acueducto de Tembleque: una obra maestra de la ingeniería
Se trata de una auténtica obra maestra de la ingeniería hidráulica colonial. Este acueducto, declarado Patrimonio de la Humanidad, impresiona con sus imponentes arcos que se elevan hasta 39 metros y se extienden a lo largo de más de 48 kilómetros. Construido en el siglo XVI bajo la dirección del fraile franciscano Francisco de Tembleque, este sistema hidráulico fue diseñado para abastecer de agua a diversas comunidades locales, combinando conocimientos indígenas y europeos.
Su construcción representó un esfuerzo comunitario sin precedentes, que unió a pueblos indígenas en una obra que desafió las técnicas arquitectónicas de su tiempo. Hoy en día, el acueducto es un símbolo de resistencia, colaboración y creatividad, y sigue siendo uno de los testimonios más fascinantes del ingenio novohispano.
6. Huasca de Ocampo: prismas basálticos y haciendas con historia
El primer Pueblo Mágico de México te sorprenderá con sus formaciones volcánicas únicas: los prismas basálticos, que fascinaron al geógrafo y naturalista alemán Alexander von Humboldt, son una maravilla natural que desafía el tiempo y la imaginación. Estas columnas geométricas de basalto, formadas hace millones de años por el enfriamiento lento de la lava, se elevan majestuosamente, creando un espectáculo visual inigualable. Rodeados de cascadas que realzan su belleza, los prismas ofrecen un entorno ideal para los amantes de la fotografía y la naturaleza.
Este destino también cuenta con antiguas haciendas como Santa María Regla, un lugar lleno de historia donde se pueden explorar túneles, patios y antiguas construcciones que evocan la época colonial. La atmósfera de este lugar es tan especial, que este rincón hidalguense ha sido elegido para rodar varias películas, como La máscara del Zorro, protagonizada por Antonio Banderas y Catherine Zeta-Jones. La combinación de la naturaleza y el pasado histórico hacen de Huasca de Ocampo un sitio imprescindible para quienes buscan experiencias auténticas en Hidalgo.
7. La charrería: un espectáculo lleno de tradición y adrenalina
La charrería, el deporte nacional por excelencia de México, tiene profundas raíces en Hidalgo y es mucho más que una disciplina ecuestre: es una expresión de identidad y tradición mexicana. Los lienzos charros, escenarios donde tienen lugar estas competencias, se convierten en un festín para los sentidos, con trajes bordados, música de mariachi y caballos entrenados con precisión. Entre las suertes más emocionantes están el coleadero, la terna en el ruedo y las manganas, cada una realizada con destreza y un profundo respeto por los animales.
En Hidalgo, asistir a un espectáculo de charrería es vivir la historia viva del México más auténtico, donde los valores de honor y trabajo comunitario se entretejen en cada movimiento. Además, los lienzos ofrecen una oportunidad para saborear la gastronomía local, desde tacos de barbacoa hasta pulque recién servido. La charrería no solo celebra el arte ecuestre, sino que también reúne a las familias en torno a una herencia compartida, mostrando con orgullo la pasión y el talento de los charros hidalguenses.
8. Actopan: la cuna de la barbacoa y un increíble patrimonio colonial
Conocido como la cuna de la barbacoa, Actopan también destaca por su exconvento de San Nicolás Tolentino. Este recinto del siglo XVI es un ejemplo extraordinario del arte novohispano y conserva frescos que narran historias de fe y conquista. Construido por los frailes agustinos, este convento es también famoso por su impresionante capilla abierta, que refleja la adaptación de las tradiciones religiosas al contexto indígena, permitiendo que los nuevos conversos participaran en ceremonias al aire libre. Además, el claustro cuenta con hermosos murales que ilustran escenas bíblicas y la vida monástica, transportando al visitante a la época colonial.
En el centro del pueblo, Actopan también ofrece un vibrante mercado donde se puede degustar la auténtica barbacoa, cocinada tradicionalmente en hornos bajo tierra, acompañada de ximbó, un platillo típico a base de carne envuelta en pencas de maguey. Este municipio combina arte, historia y gastronomía, ofreciendo una experiencia inolvidable para los amantes de la cultura y el buen comer.
9. Huichapan: una joya del barroco mexicano
En este Pueblo Mágico, la historia cobra vida a cada paso. Recorre su encantadora plaza principal, un lugar que respira tradición y cultura, y visita El Chapitel, un histórico edificio que fue el escenario de la primera conmemoración del Grito de Independencia, un momento clave en la historia de México.
Los templos coloniales de Huichapan, con su impresionante arquitectura barroca, son una joya que no puedes dejar de admirar. Entre ellos destacan la capilla de la Tercera Orden, con su elaborada fachada barroca y retablos intrincados; la capilla de Nuestra Señora de Guadalupe, conocida por su diseño sobrio pero elegante; y la parroquia de San Mateo Apóstol, que alberga bellos retablos y una majestuosa portada churrigueresca.
Para complementar esta experiencia, sumérgete en la vibrante gastronomía local que ofrece delicias como las carnitas, los chicharrones y el pulque, una bebida tradicional que es parte integral de la identidad hidalguense. Además, Huichapan alberga eventos culturales y ferias que celebran su rica historia, permitiendo al visitante conocer más a fondo las tradiciones y costumbres de este Pueblo Mágico.
10. Grutas de Tolantongo: un paraíso natural para relajarse
Terminamos nuestro repaso a qué hacer en Hidalgo con la visita a un paraíso natural escondido en las montañas hidalguenses: las Grutas de Tolantongo, un destino de gran belleza. Sus aguas termales, de un relajante color turquesa, fluyen en piscinas naturales y pequeños canales que serpentean entre las rocas, creando un paisaje digno de una postal.
Las imponentes cascadas que caen desde las alturas ofrecen un espectáculo impresionante, mientras que las grutas internas invitan a explorar un mundo subterráneo lleno de magia.
Este destino no solo es perfecto para relajarse mientras disfrutas del contacto con la naturaleza, sino que también ofrece actividades como senderismo por sus alrededores, donde podrás maravillarte con vistas panorámicas del valle, y es sin duda uno de los mejores destinos turísticos en Hidalgo para familias, que aquí pueden disfrutar de las áreas recreativas, y para los aventureros, el río que cruza el lugar es ideal para un refrescante chapuzón.