El 24 de junio de 1478, apenas unos años antes de que arribara Colón llegara a América, un ejército castellano comandado por el capitán Juan Rejón instaló un campamento junto a la desembocadura del barranco del Guiniguada, dando nacimiento a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Tiempo más tarde, aquella nueva urbe serviría como modelo para los cientos de ciudades que, tras el Descubrimiento, se fundarían a lo largo y ancho del continente americano, desde la Patagonia a Estados Unidos.
Hoy en día, la ciudad canaria ofrece al visitante una experiencia histórica inigualable, pues no en vano en sus calles el pasado y el presente se dan la mano. Vegueta, barrio colonial americano en Canarias, ofrece a sus visitantes un entramado de callejuelas empedradas, plazoletas, balconadas de madera y de edificios coloniales y señoriales del barrio fundacional.
Entre los enclaves más visitados por los turistas se encuentra La Casa de Colón, situada en la parte trasera de la catedral, que no sólo resulta atractiva por el legado del célebre almirante, sino también porque el corazón antiguo de la ciudad lleva a cabo una valiosa labor de investigación y difusión de la historia de las islas y su relación con el continente americano.
El edificio, que recibe el nombre del navegante porque se cree que éste visitó uno de los recintos que hoy lo componen (la Casa del Gobernador), es en la actualidad un museo que alberga una importante colección de piezas que van desde la época precolombina hasta el siglo XIX y XX, y paralelamente acoge de forma habitual un amplio número de actividades culturales.
Una visita lo más completa posible de este enclave obliga a prestar atención a varios aspectos. En el exterior identificamos hasta cuatro fachadas de estilos distintos, que ya adelantan lo que se puede encontrar dentro. De estas fachadas, hay que destacar las dos realizadas en estilo neocanario y otra que sigue las directrices góticas. De todas ellas, la fachada que más miradas atrae es la portada verde, hecha con piedra procedente del macizo de Tirma, en la cumbre de Gran Canaria, y que hoy es todo un icono de la arquitectura de la ciudad.
Ya en el interior podemos apreciar un disposición y estructuras un tanto complejas, pues son el resultado de la unión entre distintos edificios. El espacio se reparte en torno a cuatro patios, también de un estilo distinto cada uno. Aquí se produce una hermosa combinación de arquitectura árabe, colonial, gótica, tradicional canaria y otra más actual, dando lugar a un espacio único: el patio de los Hidalgo, construido en el siglo XVIII con tea de pino canario.
De las trece salas en las que está dividida la casa, destacan las siguientes:
Las salas de Colón y sus viajes. Por un día es posible sentir que se forma parte de la aventura que supuso navegar por el Atlántico a través de las maquetas y los objetos que permiten realizar un repaso cronológico de manera ilustrativa por las cuatro travesías que Cristóbal Colón realizó en su viaje.
Las relaciones entre Canarias y América. A raíz del descubrimiento, las Canarias, van a ejercer de puente económico, social y cultural entre los dos mundos y es que desde el puerto de Las Palmas partieron las primeras semillas de caña de azúcar y platanera hacia Las Indias. Lo mismo ocurriría con el cerdo, la cabra, el perro y la oveja, que pronto se extenderían también por las Antillas. La papa americana, pasó por las Islas Canarias, donde se aclimató rápidamente antes de ser exportada a Europa. Esta conexión continúa viva en el presente a través de esta exposición en la que se puede aprender con todo tipo de detalles los productos que se llevaron hasta el nuevo continente.
América Precolombina. En esta sala es posible empaparse de la riqueza artística que ha supuesto América. Culturas como la olmeca, la maya o la zapoteca están aquí representadas a través de diferentes piezas.
Colección de pinturas. Abarcando desde el siglo XVI al siglo XX, esta colección está formada por las adquisiciones del Cabildo de Gran Canaria y los depósitos del Museo del Prado, principalmente. Desde temas mitológicos a sacros, se pueden encontrar lienzos firmados por Veronés, Annibale Carracci, Ribera o Tiziano, así como los principales artistas canarios del siglo XX.
En la actualidad muchos navegantes siguen haciendo escala en la ciudad durante su travesía a América, tanto por sus infraestructuras y servicios turísticos y portuarios como por razones favorables a la navegación, pues se encuentra en el centro de las corrientes de los vientos alisios. En cualquier caso, no hace falta ser un viejo lobo de mar para disfrutar de Las Palmas de Gran Canaria, pues en sus calles y edificios históricos es posible empaparse y vivir la experiencia que Colón, siglos atrás, disfrutó en esta increíble ciudad.
⊕ Más información: Turismo Las Palmas de Gran Canaria
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