Tras cinco años de meticulosa restauración, la catedral de Notre-Dame de París, símbolo del arte gótico y testigo de siglos de historia, reabrirá sus puertas el próximo 8 de diciembre. Este renacimiento, que sigue al devastador incendio de 2019, devuelve a la Ciudad de la Luz uno de sus monumentos más emblemáticos, listo para recibir nuevamente a fieles y visitantes de todo el mundo.
La catedral de Notre-Dame de París, símbolo emblemático de la capital francesa, reabrirá sus puertas al público el 7 de diciembre de 2024, tras más de cinco años de intensos trabajos de restauración. Este monumental esfuerzo de reconstrucción se emprendió luego del devastador incendio que sufrió el 15 de abril de 2019, el cual destruyó su aguja y gran parte de su techumbre.
El incendio de 2019 conmocionó al mundo entero. Las llamas, que se originaron en el tejado de la catedral, consumieron rápidamente la estructura de madera, un auténtico «bosque» debido a la cantidad de vigas de roble que la componían. La aguja central, añadida en el siglo XIX por el arquitecto Eugène Viollet-le-Duc, colapsó ante la intensidad del fuego. Afortunadamente, la estructura principal y las dos torres frontales pudieron salvarse gracias a la intervención de los bomberos.
La restauración de Notre-Dame ha sido una empresa titánica que involucró a más de 1.000 artesanos y especialistas en diversas disciplinas, desde la carpintería tradicional hasta la restauración de vitrales. Se utilizaron técnicas ancestrales para reconstruir la techumbre y la aguja, empleando robles seleccionados de bosques franceses para recrear fielmente la estructura original. Además, se implementaron medidas de seguridad modernas, como sistemas de detección y extinción de incendios, para proteger el monumento en el futuro.
La ceremonia oficial de reapertura contará con la presencia del presidente Emmanuel Macron y otras personalidades internacionales. Al día siguiente, el 8 de diciembre, se celebrará una misa inaugural presidida por el arzobispo de París, Laurent Ulrich, coincidiendo con la solemnidad de la Inmaculada Concepción.
A partir de esa fecha, la catedral estará abierta al público, y se espera que reciba varios millones de visitantes anuales. La restauración del interior de Notre-Dame ha suscitado debates, especialmente en torno al aspecto excesivamente «limpio» de sus superficies. La aplicación de una pasta de látex para eliminar la suciedad acumulada a lo largo de los siglos ha sorprendido a muchos de quienes han podido contemplar ya el interior del templo, que ofrece un aspecto inmaculado.
Sin embargo, esta intervención ha generado controversia. Algunos críticos argumentan que el aspecto “demasiado limpio” resulta artificial y no refleja la pátina histórica del monumento.
La reapertura de Notre-Dame no solo representa la restauración de un patrimonio histórico de valor incalculable, sino también un símbolo de resiliencia y unidad. Este renacimiento es testimonio del compromiso y la dedicación de todos aquellos que trabajaron incansablemente para devolver a la catedral su esplendor original.
* Las fotografías que acompañan a esta noticia fueron realizadas en agosto de 2018, meses antes del incendio que destruyó parcialmente la catedral.