La provincia de Soria ha sido capaz de posicionarse como un destino gastronómico de primer nivel. En los últimos años, ha ganado notoriedad gracias al trufiturismo, donde la trufa negra y la gastronomía local juegan un papel protagonista. Este viaje a Soria fue una oportunidad perfecta para disfrutar de su naturaleza, su historia y, por supuesto, de su exquisita oferta culinaria.
El Burgo de Osma: historia y encanto medieval
Nuestra aventura comenzó en el Burgo de Osma, una encantadora localidad medieval que, a pesar de su pequeño tamaño, está llena de historia y belleza. Este municipio soriano, famoso por su centro histórico y su gastronomía, es un lugar que invita a descubrir cada uno de sus rincones. El Burgo de Osma tiene una espectacular plaza mayor, un espacio acogedor donde el paso de los siglos ha dejado su huella intacta.
Uno de los elementos más fascinantes del Burgo es la catedral de la Asunción, un impresionante ejemplo de construcción de estilo gótico. Este templo destaca no solo por su belleza arquitectónica, sino por su valioso interior, donde se pueden admirar detalles artísticos que nos conectan con el pasado de esta región. Al caminar por sus alrededores, nos perdimos por angostas calles donde los vestigios de su pasado medieval se presentan en cada esquina. Entre las callejuelas, encontramos pequeñas tiendas que mantienen vivas las tradiciones locales y encantadores cafés que invitan a una parada para disfrutar del ambiente.
Durante nuestra visita, también aprovechamos para hospedarnos en el Hotel Castilla Termal, un auténtico oasis de relajación en pleno corazón de la localidad. Este hotel, famoso por su spa termal, es ideal para desconectar y disfrutar de la tranquilidad que ofrece la región. Tras un día de exploración, nada mejor que sumergirse en sus aguas termales, rodeados de un paisaje de naturaleza y calma. Sin duda, un lugar perfecto para revitalizar cuerpo y mente.
Caza de trufas: una aventura natural en Ocenilla
Dejamos atrás la belleza medieval de El Burgo de Osma para sumergirnos en el corazón de los campos sorianos, donde un mundo aún más fascinante nos esperaba: la caza de trufas. En Ocenilla, un pequeño pueblo rodeado de bosques y montañas, nos encontramos con Feli y Javier, los apasionados anfitriones de Encitruf, una finca dedicada a la producción de trufas. A más de 1.200 metros de altitud, nos adentramos en un paraje natural donde el silencio solo era interrumpido por el sonido de los pasos en la nieve y los perros en busca de su preciado tesoro: la trufa negra.
La caza de trufas es una experiencia única, que, en nuestro caso, estuvo acompañada por Bulla, una simpática cerdita entrenada para encontrar las trufas, y Chiqui, el perro que también forma parte de este singular equipo de búsqueda. Mientras paseábamos por el campo, nos explicaron el proceso de cultivo y cosecha de este manjar, desde el momento en que se inoculan los árboles con el hongo hasta que, con mucha paciencia, se cosecha el fruto de la tierra. Fue fascinante ver cómo Bulla y Chiqui marcaban el lugar donde se encontraban las trufas, y cómo Javier las desenterraba con cuidado para preservar su calidad.
Además, tuvimos la oportunidad de aprender sobre los proyectos sostenibles que han impulsado a pequeños empresarios de la región. Gracias a iniciativas como Encitruf, Soria se ha posicionado como un referente de la trufa negra, un producto de lujo que no solo atrae a los gourmets, sino que está revitalizando las zonas rurales de la provincia.
El sabor de la trufa en La Lobita
La experiencia trufera no estaría completa sin una visita a uno de los restaurantes más reconocidos de la zona: La Lobita. Situado en Navaleno, este restaurante es dirigido por la chef Elena Lucas y su pareja Diego López. Desde 2023, La Lobita luce una estrella Michelin, lo que ha puesto a este pequeño pueblo soriano en el mapa gastronómico mundial. El menú degustación, en el que la trufa es la gran protagonista, es una verdadera obra de arte culinaria, combinando técnicas modernas con sabores tradicionales de la tierra.
Elena y Diego han logrado darle un giro a la cocina rural, llevando los productos locales a muy altas cotas. Su filosofía es clara: utilizar lo que tienen a su alrededor, la micología y la caza, y dar valor a los ingredientes autóctonos. En su menú, la trufa se combina con otros productos sorianos de excelente calidad, creando platos que son un reflejo de la rica biodiversidad de la región. La estrella Michelin, más que un reconocimiento, es el reflejo de un trabajo constante por poner en valor los sabores de un territorio rural que, antes de su éxito, había permanecido en un segundo plano para los grandes gourmets.
Soria: un destino inolvidable
Soria, con su mezcla de historia, naturaleza y gastronomía, se ha convertido en un destino de ensueño para quienes buscan vivir experiencias auténticas. Desde los encantos medievales del Burgo de Osma hasta los paisajes truferos de Ocenilla y la cocina de vanguardia de La Lobita, este viaje nos permitió descubrir una región llena de sorpresas y contrastes. Un destino que, sin duda, invita a desconectar del ajetreo cotidiano y sumergirse en la belleza de lo natural, lo local y lo auténtico.